domingo, 13 de noviembre de 2011

"Oscuridad"

Aquí dejo una historia que empecé hace relativamente poco y que continuo cuando puedo. No sé que os parecerá...

Cristina

***

1

-Ven, acércate.

-No.

-Vamos, ven.

-No.

-¿Por qué? ¿De qué tienes miedo?

-No tengo miedo, pero no voy a ir.

-¿Por qué?

-No puedo.

-Claro que sí.

-He dicho que no puedo.

-No, puedes. Pero no quieres venir.

-Es lo mismo.

-Por supuesto que no. Ven.

-Da igual cuanto insistas, nunca me bañaré en la luz.

-Es sólo la luna filtrándose entre las persianas.

-Sigue siendo luz.

-Pero es sólo eso: luz. No te va a hacer daño.

-Eso tú no lo sabes.

-Sí lo sé.

-¿Por qué no vas tú?

-Yo ya estoy.

-No te creo.

-Pues mírame y compruébalo. No puedes saberlo si te niegas a mirarme. No puedes pasarte el resto de su vida agazapado en esa esquina. Vas a tener que salir. Ven ya.

-Tú no eres yo. Tú no eres como yo. Eres sólo un cero a la izquierda, pero yo soy más. Mucho más. Por eso no me acercaré a la luz. La oscuridad es mi hogar y viviré aquí el tiempo que haga falta.

-Sabes que no puedes resistirlo.

-Obsérvame.

-Lo hago, y sólo eres un crío escondido de las riñas de papá. Un cobarde. Nunca encontrarás la oscuridad si te quedas en ella, nunca descubrirás en mundo si no sales de casa.

-No confiaré en ti.

-Por supuesto que lo harás, antes de lo que crees. Porque yo, estando en la luz, veo la oscuridad. ¿Y tú? ¿Puedes verla? Claro que no. Todo a tu alrededor es igual. Si buscas algo no puedes sumergirte por completo en ella, debes aprender a mirarla desde todos los ángulos, reconocerla, sabes lo que es; y entonces, sólo entonces, podrás bucear en sus entrañas.

-Tus palabras necias no me harán cambiar de opinión. Cierra la ventana y lárgate. ¡Déjame en paz! Vete con tu luz y tu luna y déjame solo. Es todo lo que quiero. Aquí, en esta habitación, sin nada más, estoy más acompañado que nunca.

-Te engañas a ti mismo.

-No, te engañas tú. Incompetente, traidor. Embaucador. Me tienes envidia, eso es todo lo que te pasa.

-No, todo lo que te pasa a ti es que no eres más que eso, un crío que aún no ha salido de brazos de mamá.

-No soy un crío, yo soy...

-Lo que digan tus palabras no cuenta. Lo que valen son tus acciones. Con eso lo dices todo, y por hoy hemos dicho bastante. Pero sólo por hoy...

Cristina

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